La vivencia de un evento doloroso, traumático, produce un mayor nivel de tensión, angustia y una serie de reacciones emocionales que no se han experimentado anteriormente; reacciones que deben ser vistas como reacciones normales frente a hechos anormales; sin embargo, también deben ser consideradas como indicadores psicológicos que requieren mayores cuidados emocionales, cuando afectan el desenvolvimiento cotidiano de quien los vivencia.

La intervención en crisis o los primeros auxilios emocionales, son cuidados psicológicos urgentes, orientados a la estabilización del afectado y a la reducción de los síntomas de sufrimiento o disfunción que presenta la persona.